Esta palabra griega, evangelion, significa «buenas nuevas». En la antigua Grecia, cuando ganaban una batalla enviaban a un mensajero a la ciudad, quien al llegar a las cercanías de la misma comenzaba a exclamar esta palabra, «¡evangelion!», que era como decir: «¡Buenas noticias, la batalla ha sido ganada!» ¡El Evangelio son las buenas nuevas que Dios manda que sean proclamadas sobre la base de la muerte y la resurrección de Cristo! En cuanto a otros aspectos del Evangelio, léase las siguientes preguntas y respuestas.

En tiempo de los apóstoles y muy poco después de resucitar Nuestro Señor Jesucristo.

Los apóstoles y discípulos de los apóstoles en el primer siglo.

Evangelio solo hay uno, el de Nuestro Señor Jesucristo... Testimonio escrito del amor y de la Ley misericordiosa de Dios y que nos ha llegado desde los primeros siglos.  Este testimonio se encuentra en los libros y cartas de los apóstoles y primeros discípulos de Nuestro Señor Jesucristo y de los apóstoles.

Nuestro Señor Jesucristo nos predicó el Evangelio y nos mandó a todos los cristianos que predicáramos el Evangelio: "Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado". (Marcos 16,15-16)

En la Biblia, el evangelio nos relata que aun cuando el hombre ha fracasado absolutamente, Dios sin embargo preparó un camino para que él pueda relacionarse positivamente con Dios. Este camino es a través de su Hijo, el Señor Jesús, que era y es Dios, pero que se hizo hombre y murió en la cruz a favor de los pecadores: “el evangelio de Dios... acerca de su Hijo” (Romanos 1: 1 y 3). Éste es el único camino que lleva a Dios (Hechos 4:12). Y aun cuando el hombre no busque a Dios, las buenas nuevas del evangelio son que Dios sí busca al hombre (Lucas 15).

Todos. El Apostol Pablo clasifica a la humanidad en tres grupos:

* Las personas que han despreciado el conocimiento del verdadero Dios y que se entregaron a un comportamiento totalmente desordenado (Romanos 1: 18-32).

* Los moralistas, es decir, personas que crean sus propias leyes (Romanos 2: 1-16).

* Los judíos (Romanos 2:17 a 3:9).

Todas las personas pertenecen a alguno de estos grupos y El Apostol Pablo demuestra que todos ellos son culpables ante Dios.

No. Finalmente, son todos culpables.

* Aquellos que pertenecen al primer grupo, quienes no se sujetan a ninguna regla de comportamiento, son culpables, aun cuando nunca hayan escuchado el Evangelio, porque ellos tendrían que reconocer a su Creador simplemente al observar la Creación que los rodea, pero sin embargo lo rechazan.

* Los moralistas crean sus propias leyes, pero tampoco las obedecen y actúan en contra de sus conciencias (Romanos 2:15).
 

* Israel había recibido la ley de Dios por medio de Moisés, pero la quebrantaron. “No hay justo, ni aun uno” (Romanos 3:10). “Porque no hay diferencia, por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios” (Romanos 3:23).

Sí la hay. Para comprender cuál es exactamente la solución, debemos tener en cuenta que Dios es un justo juez. Él es santo y aborrece el pecado. Además, conoce cada uno de nuestros pecados. Por lo tanto, sólo hay dos opciones. Que Él lo condene o que usted venga a ser “justo” delante de Él. Para ver cómo puede darse esta situación, por favor lea la siguiente pregunta.

Querido Amigo/a si Ud. a leido las preguntas anteriores y siente que su vida debe tomar otro rumbo, entonces le invitamos a  realizar esta simple pero "Poderosa Oración de Fe", inmediatamente Ud. se convertirá en "Cristiano" lo que significa, "Seguidor de Cristo".
Al hacerlo, recuerde que está asumiendo un compromiso personal con Dios, y EL conoce su actitud, su carácter, pero también su corazón. No importa como la diga, sino que aquello que pronuncien sus labios sea el verdadero sentir de su corazón.

LEA Y REPITA ESTA ORACION

Señor Jesús, yo te acepto como el único 

Salvador de mi vida y de mi alma

Perdóname todo lo que te he ofendido
De pensamientos, palabra y obra;
Láva y límpia mis pecados con tu preciosa sangre;
Escribe mi nombre en el libro de la vida.
Sellame con tu Espíritu Santo  
Gracias Señor;

Amén.